Es mi deseo trazar, en estas páginas, mi recorrido personal con el psicoanálisis.
Los inicios fueron en el Policlínico de Lanús (1965-70), con el aliento de ese gran pionero en la conjunción de la Salud Mental con la comunidad que fuera Mauricio Goldenberg. Era moneda corriente apelar, además del Psicoanálisis, a referentes teóricos de otras disciplinas: la Comunicación, Semiótica, Antropología, Psicología Social y los pequeños grupos.
Cumplido el tiempo de psicoanálisis didáctico con Luisa G. de Alvarez de Toledo el ingreso a APA me permitió cursar seminarios y supervisar con Willy Baranger encarando estudios sobre perversiones y fobias. Fue el mentor en mi primera aproximación a Winnicott, en la delimitación conceptual del objeto transicional, guiándome en la maraña selvática que fue sistematizar al fetiche.
Con el estímulo a la libertad de pensamiento que lo caracterizaba respetó mi necesidad de jerarquizar los traumas tempranos desde un ángulo diferente: el de la aplicación del psicoanálisis fuera del consultorio, en el campo preventivo de la violencia y el maltrato a la niñez.
Desde una práctica en Salud Mental que nunca fue abandonada, el trabajo con grupos psicoterapéuticos (Policlínico G. Posadas,1972) y de reflexión (Hospital Italiano, Centro Racker, 1974-78) permitía nuevos horizontes.
Allí estuvieron los gérmenes para lo que con el tiempo constituyó el Modelo Estimulativo Perceptivo, forjándose la técnica individual y grupal con ese nombre, coloquialmente llamada MEP.
La necesaria standarización (subsidio CONICET/5162/89) para alcanzar un mayor grado de cientificidad fue lograda con trabajos en equipos interdisciplinarios de campos diversos: ya no era posible apelar a la comprensión sólo desde el Psicoanálisis, sino desde los saberes provenientes de técnicas psicodiagnósticas ya ampliamente validadas, la cognición, la estadística.
El desarrollo y aplicación de esta técnica, fue, de algún modo ‘a saltos’ en todos estos años, por los avatares que devienen de la actividad investigativa en nuestro medio y en paralelo a la práctica psicoanalítica de consultorio.
Los caminos de la actividad interdisciplinar si bien implican un enriquecimiento contínuo, en tanto alejada de la indagación metapsicológica, traen aparejados, el riesgo del desdibujamiento de su núcleo central, que es el psicoanálisis mismo.
La respuesta al cómo hacer para no perderse es…. apelar a una brújula….
Que tiene un nombre y es Willy BarangerEste espacio destinado inicialmente a profesionales y estudiantes´psi´, puede ser transitado por abogados, trabajadores sociales, educadores o incluso población general.
Dra. Esther Romano