Femicidios: relaciones fetichistas de odio-amor

Dra Esther Romamo

Introducción

Situaciones de violencia de género que desembocan en femicidios a pesar de los esfuerzos para su erradicación se sostienen año tras año en el mundo entero.

En el psiquismo de los femicidas, desde perspectivas antropológico-forenses se encuentra, sin distinción de etnias ni clases sociales denominadores comunes de historias infantiles de abandono y crueldades, con fuerte menoscabo personal a expensas de la idealización del objeto, (Abrahamzen D. 19). Estudios contemporáneos en perspectiva de género ( L.Glocer, 2015; R. Segato 2018) aportan, como elemento paradigmático, el ejercicio arbitrario de un poder patriarcal. La mujer es abordada como presa, tomándola como cosa propia.

Según mi experiencia victimológica con femicidas, limitada a menos de 10 casos, reconocí antecedentes familiares de violencia doméstica, intenso egocentrismo, asimetrías vinculares con sentimientos de insignificancia asociados a la dependencia e idealización hacia el objeto supuestamente amado. Todo ello ligado a posesividad y celos.

Para ejemplificar esta temática del femicidio decidí la ruta trazada por Freud en sus estudios con el arte y apelar a Shakespeare con personajes arquetípicos.

Por la implicancia en lo pasional, ligada a la posesividad y los celos me he interesado en la tragedia “Otelo”, subtitulada “El Moro de Venecia” ( Shakespeare W. 1604) cuyo personaje central constituye arquetipo literario de asesino celotípico. Otra línea también shakesperiana se encuentra en el poema trágico “La violación de Lucrecia” ligado al despotismo político y el ultraje a la víctima. En ambos casos subyace un “mandato de masculinidad° (Segato R.2018) enlazado a la rivalidad entre hombres. 


El material presentado ha sido objeto de una ponencia en el Congreso Internacional de Psicoanálisis, Londres, Julio de 2019.

La obra “Otelo” :

Fue objeto de numerosos estudios abarcando comprensiones filosóficas, antropológicas, históricas. (Harold Bloom, 1998). Fue escrita en 1604 y su escenificación transcurre en ese mismo período.

En Inglaterra predominaba el orden de la familia nuclear, a predominio patriarcal. Cuando el poeta y dramaturgo inglés escribió la tragedia prevalecían valores culturales epocales isabelinos con severas críticas a la infidelidad femenina, intereses políticos- patrimoniales, contratación de mercenarios para luchas territoriales ( Bloom,H.1998; Feldman A.,1994 ).

Se remite a la lectura de la obra en que Otelo constituye un arquetipo de femicidio: el germen de los celosinoculados por la malicia de Yago se desencadena el asesinato. El ´primum movens´ es la sustracción del especial pañuelo de Desdémona (su falta). En ese pañuelo se anudan, como significante primordial, una condensación de sentidos. El desplazamiento-tránsito, de mano en mano, da color al tejido-trama de la tragedia..

Las investigaciones psicoanalíticas centradas en la técnica dramática de Shakespeare señalan cómo, a lo largo de la obra, en la mente asesina de Otelo desfilan: la ofensa narcisista, el sadismo oral, la furia enceguecedora canalizada somáticamente en sus cefaleas, las convulsiones, la epileptoidía. Se infieren fantasías de la propia infidelidad proyectada, así como su homosexualidad latente en la que Cassio, odiado rival, reúne atractivos de los que Otelo carece: el color de piel blanca en una sociedad que discrimina lo diferente, juventud y dones para conquistar mujeres.

De los numerosos estudios de psicoanalistas que abordaron el estudio de Otelo, el tipo de vinculación con la víctima y las ansiedades prevalentes interesa remarcar en la raíz de sus celos (Freud S. 1921 ; Jones E. 1946) . Los celos como elemento básico de la posesividad, la ofensa narcisista ante la amenaza de pérdida del control sobre la futura víctima a la que se le impone límites espaciales fruto de obsesiones con necesidad de vigilar, de irrumpir. (Han B.Ch. 2016, 2017).

Enarbolado en su temprana vocación por las armas, Otelo afianza su virilidad en su reputación como guerrero. Señala al respecto Racker E.(1945) que así enmascara sentimientos de inferioridad, dadas las diferencias centradas en la clase social, su condición morisca, en contrapunto con las cualidades de hombría del rival, altamente valorizadas por él y el entorno. Cierta vulnerabilidad constituiría terreno fértil para que proliferaran sospechas de infidelidad. Elementos éstos frecuentes en los femicidas en los que el fantasma de los celos apunta a supuestos rivales, representantes de hombría.

Refiere Kenneth Muir (1968)que, si bien estudiosos de la tragedia como Coleridge rechazan la centralidad argumental de los celos, es válido admitir elementos característicos de los mismos, tales como: 1) sospechas 2) avidez en hallar pruebas, 3) críticas degradantes con fantasías e imaginerías de carácter sensual en la mujer, 4) la asociación al maltrato y 5) el ánimo de venganza.

Desconfianza y celos: exigencia de pruebas

Centrado en su propia lógica Otelo quiere ver pruebas de ahí arma el circuito ideativo andamiaje de sus celos. Condensa en el pañuelo multiplicidad de sentidos, y al verlo en manos de la amante-prostituta del rival alega, por contigüidad asociativa, la infidelidad y promiscuidad de Desdémona (Jones E., 1946).

Otelo se suicida; remarca Green (1967) que con ese acto denotaría la no aceptación de ser sentenciado como culpable y ajusticiado. Elemento éste que resulta aplicable a los casos de suicidios que siguen a femicidios.

Otelo visitado desde el ángulo del fetichismo

Apelo a la ubicuidad de las derivaciones semánticas del concepto de fetichismo que permiten enfocar diversos elementos de interés clínico sobre el personaje de otelo y en el vínculo con Desdémona.

Delimito que Freud le otorga al fetichismo un lugar destacado: amén de la fenomenología de casos patológicos, en las formas del amor llamado normal; con el lugar de la castración, la falta en el Otro.

En su 3ª. Tópica el fetichismo, cual nudo gordiano, demarca el clivaje y la desmentida, la Verleugnung en la estructuración defensiva del Yo. (Freud S., 1927; Mazzucca R. 2015).

En mis estudios sobre la sistematización del “objeto fetiche” (Freud S., 1927) he remarcado en su construcción (Romano E.. 1979) la relevancia del falocentrismo. Subrayo que, como concepto teórico, el objeto fetiche es una acepción que abarca un abanico de significaciones: desde el ensalzamiento ligado a la idealización del objeto en el enamoramiento hasta su lugar privilegiado en el campo de las perversiones. Desde el vértice del materialismo, homologado a mercancía, da pregnancia a la condición femenina como “objeto de intercambio”, de valor-riqueza o viceversa, devaluada.

Enfocaré inicialmente:

Lugares del fetichismo en la tragedia

La mujer-Desdémona, había subyugado a Otelo, fetichizada, dados sus dones especiales. Se asume, aunque humilde, con su beldad, candor, filiación privilegiada, constituyendo globalmente, ella misma, un objeto fetiche. Otelo vuelca en ella a un Otro-Ideal, agraciada por ser destinataria del pañuelo mágico y entronizada al portarlo. Connotado como ritual, había sido entregado por su madre a Otelo. Quien narra la significación mágica dada por su madre: sellar la unión amorosa y asegurar a la mujer que lo posee la fidelidad del marido.

Al perder el pañuelo, se derrumba la imagen de Desdémona. El débil raciocinio de Otelo, su labilidad yoica son caldo de cultivo de la sospecha y la desilusión. Ella es objeto de ofensas verbales, zamarreada, desmerecida, convirtiéndose toda en desecho-vulgar prostituta.

Green (1967) afirma que perder el pañuelo constituyó la caída de Desdémona. En esa pérdida se introdujo la semilla maligna: la intriga-chispa generada por Yago quien logró así despertar la furia de Otelo.-

Por otra parte, cabe reconocer, en cuanto al pañuelo, su lugar como objeto-fetiche.

Otelo había recibido el pañuelo de su madre como objeto mágico con fuerte carga simbólica. De ahí su fetichización reconocible como objeto transicional patológico desde la perspectiva winnicottiana (Romano E.,1977, 1979). En su sentido semántico ( etimológica portugués ´fetisso o feitizo´) es objeto ´encantado´, con propiedades mágicas bienhechoras o maléficas.

El pañuelo y los celos de Otelo

En la subjetividad de Otelo se reconoce que la intriga de Yago ancla, tal como señala Racker E. (1945) en la ausencia de confianza básica; en términos winnicottianos, la falla del nutriente materno. De acuerdo al modelo madre-niño freudiano de “Tres ensayos” (Freud S.,1905), el sustento de un futuro promisorio en el amor.

Con celos mortificantes atribuye a los movimientos de Desdémona su propia lógica, señalado por Jorge Palant (2010) como la base de un malentendido trágico.

Hay línea de quiebre ya en el vínculo: su orgullo personal oculta y revela sensación de minusvalía: por su condición étnica, pues se ligó a Desdémona despertándole compasión y/o seduciéndola al narrarle sus hazañas, su hacer. En contrapunto, ella valorada por ser joven, idealizada por su belleza, enaltecida en su pertenencia de clase.

Desdémona fetichizada como prenda de amor, virgen-blanca- entera… había sido colmada-completa al ser poseedora del pañuelo cargado de magia, reaseguro para la fidelidad matrimonial (objeto fetiche-idealizado).-

En cuanto al pañuelo, por su lugar fetichizado en la tragedia, veamos algunos elementos

El pañuelo y la condensación de sentidos.

Posee valor simbólico y condensa significaciones que ratifica, como prueba, la culpabilidad.

En el pañuelo y su falta se había petrificado la sospecha. El pañuelo mismo, ocupa un lugar en el que converge multiplicidad de significaciones.

Veamos.

Puede leerse su aferramiento al pañuelo que le fuera entregado por su madre como representante de: 1) una adhesión que no consolidó la confianza; empleado como antídoto a la angustia por inseguridad; 2) equiparable a un objeto transicional fetichizado

Recordemos que en la conceptualización del objeto transicional Winnicott (1951) destaca la ilusión de fusión madre-bebé y su función calmante de la espera angustiosa. Es ello distinto de una imposición sustitutiva del lazo, característica de la transicionalidad patológica, una de cuyas formas es la del fetichismo ( Greenacre P., 1955 ; Romano E., 1979)

Tejido por hadas con hilos de seda, encierra el sortilegio de la desdicha si es perdido, ya que genera deslealtad del esposo.

Había sido donado a su madre por una pitonisa o por su padre. Por lo cual perderlo implicaría para Otelo, su propia infidelidad: que proyecta luego en Desdémona como signo de la infidelidad de ella.

La entrega a Desdémona del pañuelo revela la carga emocional de Otelo ya que es altamente valorado, tiene el privilegio de estar ensalzado en lo estético. Remite a la condición sobreestimada de objeto fetiche por su cualidad de hermoso bordado manual, la suavidad de la tela sedosa.

Fetichismo en el amor, la caída

En la posesividad por celos Otelo delata un modo de amor-pasión que sella hacia Desdémona el derecho de tenerla para sí, detentar el poder de mantenerla con vida, vigilada, regulada la distancia ( Han B.Ch., 2016) .

Virginal, inocente, ungida con lo celestial, Desdémona constituye en sí, un objeto bello total, fetichizado, no desgarrado.

Señala Green (1967,1976) que, carente del pañuelo, desde su condición de emblema fálico Desdémona se convierte de objeto idealizado en objeto persecutorio, fobígeno con el que se debe evitar contacto: una vez muerta, Otelo expresa palabras llenas de pasión amorosa que no había expresado ante Desdémona con vida

Desdémona invoca a Dios al percibir la cercanía de su muerte, clama tiempo para el rezo: se ha señalado que testimonia de ese modo su culpabilidad edípica (Reid S, 1970).

Desdémona y sus silencios

Vale pensarla en cuanto a que nada la detuvo en ser libre para amar. Con la audacia de irse con Otelo desafió el mandato paterno, su pertenencia de clase.

Se sabe inocente y en los umbrales de la muerte no acusa a Otelo cuando Emilia la interroga. . «Que nadie lo culpe».

En su agonía no inculpa a Otelo sino que se auto inculpa.

En cuanto a los silencios de Desdémona, está anclado el lugar de la mujer, privada de palabra enunciadora de verdades, la obediencia al mandato de silencio superyoico-patriarcal.

Hay un personaje en la obra, con el que Shakespeare enciende chispas de un feminismo secular: Emilia, cuidadora de Desdémona, si bien se sometió a su esposo Yago entregándole el pañuelo, en su narrativa sabe de las infidelidades de los hombres y no temería ejercer venganza. Decidora de verdades, al afirmar lo cierto sobre el sendero del pañuelo, es asesinada por el propio Yago, quien encarna con su accionar la perversidad y la maldad en su esencia.

Femicidios y los poderosos.Lucrecia y Maria Soledad

En distintas regiones y lugares se registran los excesos de quienes denotan el abuso de su poder.

Tenemos, precisamente en un poema trágico de Shakespeare, “La violación de Lucrecia” un ejemplo de despotismo político inscripto culturalmente como

leyenda de la caída del absolutismo en la forma de gobernar y el nacimiento de nuevas legalidades con reconocimiento de derechos.

En el poema se relata cómo el hijo del déspota Tarquino “El Soberbio”, al rivalizar con un oficial subordinado Colatino cuando constata en una apuesta las mayores cualidades de su esposa, Lucrecia, no soporta la herida narcisista.

El femicida con artimañas ingresa una noche a su cuarto, logra violarla amenazándola con que la difamaría por adulterio con un esclavo. Luego de la violación Lucrecia convoca a su marido, a su padre, no sólo relata sino que exige Justo Castigo. Alza su voz, tiene palabra.

El efecto político con clamor popular dio lugar a la caída de la Monarquía y el surgimiento de la República como un nuevo orden social que implica el respeto a los ciudadanos

Lucrecia pasa a la posteridad con su valor simbólico por el ultraje a su honor. Deja una marca, se suicida alegando no quedar como ejemplo ante la comunidad de mujeres. “Una mujer deshonrada debe morir”.

Considerado el hecho que en la obra “Otelo” Desdémona no denuncia a Otelo, se autoinculpa, en cuanto al poema trágico del personaje Lucrecia hay un paso más allá al SÍ denunciar al asesino: asumir la palabra y demandar justicia. Aunque el ultraje al cuerpo es proyectado hacia la posteridad como un anti-modelo con sacrificio de la propia vida. Logra expresarse con firmes palabras pero no se permite sobrevivir al escarnio. Es fiel a los valores epocales sociales y culturales, obediente a mandamientos religiosos de castidad, pureza. El suicidio marca la sumisión al orden patriarcal.

Ultraje, violación, asesinato en catamarca:

Cabe homologar el contexto político y social del poema trágico con la historia en nuestro país de la joven de 18 años María Soledad Morales, enamorada de un “hijo del poder”, fue entregada y sufrió violaciones grupales que desembocaron en su muerte. Hubo marchas de silencio reclamando justicia, lográndose la condena de los jóvenes.

NUEVOS PARADIGMAS:

En los últimos años, en el mundo y en nuestro país se han ido abriendo paso, conquistas sustanciales en el destronamiento del vasallaje del poder patriarcal hacia la mujer. Es indudable que son efecto de largas luchas de movimientos feministas.

FINALMENTE:

Transitamos hoy profundos cambios de paradigmas en materia de equidad de género que implican superación de la fetichización obligada a la mujer y de los arbitrios patriarcales.

En nuestro país, lo que jurídicamente implicaba emoción violenta y atenuaba la pena, hoy se tipifica como femicidio y es un agravante.

Aún así, sabemos que las tasas de femicidios no disminuyen y se patentizan en ámbitos juveniles asumiendo formas análogas. Cabría pensar en fenómenos de masa en que prima la fusión identificatoria de los yo-es con vivencias de escarnio, ante los celos con el rival.

Interesa propender a incorporar programas de prevención que favorezcan una apropiación cultural amplia de los valores ínsitos en la equidad de género

Me permito hacerme eco de la expresión de la líder guatemalteca Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú en el abrazo a la equidad de derechos como meta y la afirmación ciudadana en términos de “Nosotros tenemos que ser una luz para los demás, no una oscuridad para los demás.” Nos vale como psicoanalistas.


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